Tranvías, de Hans Olav Lahlum.

Tranvías, Hans Olav Lahlum. RBA

Una noche de agosto de 1970, la joven Marie Morgenstierne es arrollada por un tranvía en una población cercana a Oslo. La víctima, de veinticinco años y estudiante de Políticas, volvía de una reunión con su célula de adscripción comunista. Pero la autopsia revela que había muerto antes por un disparo.

La investigación es encomendada al inspector Kolbjørn Kristiansen, que tiene el sobrenombre de K2, y que minutos antes, había visto a la víctima intentar subirse a un tranvía.

La investigación resulta muy compleja, al llevarse a cabo en una situación abierta, por falta de móvil y testigos, así como al coincidir con la desaparición dos años antes del líder del grupo al que pertenecía la muerta, que además era su pareja sentimental.

Para poder enfrentarse a un caso tan complejo, y como ya hizo en investigaciones anteriores, el policía pide ayuda a su amiga Patricia Louise I. Borchmann, una joven parapléjica de veinte años, de gran inteligencia y con un fino olfato de investigadora criminal.

Las pesquisas que inician esta singular pareja de sabuesos, les lleva a transitar por grupos políticos extremistas muy diversos, desde comunistas prochinos, a grupos filonazis. Pero también tendrán que enfrentarse a escenarios marcados por pasiones sentimentales exacerbadas, o por terribles tragedias familiares. Y con el acicate de que un gran crimen está por suceder.

Así, se describe la actividad de un pequeño grupo revolucionario juvenil comunista, con sus peculiares fragmentaciones y reyertas entre pro soviéticos o pro chinos, lo implacable de sus análisis, que les llevan a cantar los presuntos logros de la revolución cultural china, o a confiar en el carismático líder camboyano Pol Pot ….Conoceremos de su activismo contra la guerra del Vietnam, veremos los primeros atisbos de la conciencia medioambiental,  y la dureza e intransigencia interna con cualquiera que no siga las líneas marcadas por el líder del momento.

Por otra parte, los investigadores se tendrán que enfrentar a la presencia de grupos filonazis noruegos, restos del Nasjonal Samling fascista, que todavía tienen presencia en la vida del país. Conoceremos de su dureza y fanatismo, pero sobre todo veremos que estos viejos nazis son en el fondo viejos amargados, cuyas ….

“ … ilusiones sobre lo que estos viejos amargados y solitarios podrían ser capaces de hacer en relación con una sociedad que sentían que les había defraudado, y que odiaban con saña.”

El autor va más allá de la descripción ideológica de estos grupos, y realiza un fino análisis de las motivaciones personales, para la integración y permanencia de sus miembros en estos grupos, tanto de extrema izquierda, como de derecha.

Conoceremos del afán de poder y riqueza, pero también de oportunismo y cobardía, de necesidad de integración y de apartamiento de una realidad que muchas veces es frustrante para las personas, que prefieren entonces los proyectos sobrecargados de ilusión. Tampoco faltan las tensiones sentimentales entre presuntos luchadores revolucionarios, y sobre todo se pone el foco en el mesianismo de líderes de gran carisma, que llevan a situaciones más cerca de la secta que de un grupo político .

Todo esto ocurre en la Noruega de 1970, un país que sufrió la invasión nazi, y cuya sociedad está muy alerta con el expansionismo soviético. El autor nos muestra de paso ciertos retratos de políticos del momento, alguno de ellos un tanto caricaturesco.

Más allá de las cuitas políticas e ideológicas, y de los retratos personales, la novela nos ofrece también la importancia de diversas  tragedias familiares, que tendrán su peso tanto en la explicación de los sucesos, como en la vida personal de los protagonistas.

Donde brilla especialmente el autor es en el retrato de personajes, logrando darles una poderosa personalidad a cada uno, al no quedarse atado en estereotipos referidos a su actividad o historia. En todos ellos laten seres humanos con sus contradicciones, sus alegrías y penas, lo cual enriquece la narración, aunque ello complicará la labor investigadora de los protagonistas.

De esta forma conoceremos algunas circunstancias sorprendentes de la difunta Marie Morgenstierne, o de su novio desaparecido, el carismático líder revolucionario Falko Reinhardt, del que se llega a afirmar …

“El hombre era políticamente provocador y personalmente insoportable”

Entre la gran galería de personajes de la novela, les recomendamos sigan especialmente a la joven activista Miriam Filtvedt Bentsen, un personaje bastante sólido y coherente entre el barullo ideológico de los grupos de izquierda, y a Henry Alfred Lien, quien estuvo afiliado al nazismo noruego, durante la guerra, que nos dará una lección personal de hombría, y de cómo intentar salvar el honor personal.

Como en las anteriores entregas de esta serie, Moscas y Satélites, el foco de la narración está puesto en las peripecias pesquisidoras de su singular pareja de investigadores protagonistas. Por un lado, el inspector Kolbjørn Kristiansen, un tenaz sabueso, honrado, quizá no muy inteligente, pero siempre arrojado ante el peligro, que lleva a cabo la parte procedimental de la investigación, y por otra la inteligentísima y curiosa Patricia Louise I. Borchmann, que es la que va marcando por donde hay que investigar, y es la que tiene las hipótesis más inspiradas.

Esta fórmula de la dupla investigador listo que por diversas razones no se puede mover, y de otro que hace la tarea de campo, ya la vimos en Los muertos no mienten, de Stephen Spotswood, donde conocimos a la pareja formada por la inteligente y enferma de esclerosis, Lillian Pentecost, y su investigadora de campo Willowjean Parker. Aunque esta fórmula ya la hizo archifamosa el escritor Rex Stout, con su inigualable pareja formada por Nero Wolfe y Archie Goodwin, que dieron el canon a esta fórmula de investigador recogido y otro de campo.

En cuanto a la policía y otros servicios de seguridad, la novela nos comenta los rifirrafes del protagonista con otros compañeros, que buscan la gloria de ser quienes resuelvan los casos. Es notable la figura de su compañero el inspector Vegard Danielsen, personaje taimado y arribista, con quien tendrá duros roces.

Mención aparte tienen los servicios de seguridad noruegos, siempre encerrados en sus misterios, pero con una clara conciencia antisoviética, y con unos métodos como poco, cuestionables.

El desarrollo de la narración sigue los cánones de un thriller de intriga, en el que se combinan mucho trabajo procedimental de investigación, con investigación de campo e interrogatorio de testigos y sospechosos, con el uso de la intuición y la inteligencia de la solución de enigmas, pues la investigación en muchos momentos se estanca por no tener ideas claras sobre motivos y acciones, o bien tomar derroteros que no llevan a ningún lugar.

El estilo es sencillo, un poco soso en cuanto a la ambientación, pero de gran finura y profundidad en la descripción de la complejidad de las personalidades de los diversos personajes que aparecen en esta novela.

Les recomendamos la lectura de este apasionante thriller, que combina varios misterios criminales, con una magnífica galería de personajes, y de paso nos habla de un país poco conocido por nosotros en un momento muy especial de su historia.

José María Sánchez Pardo

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