Un asesinato, sin duda. Película.

De la India llega esta película, recién estrenada en Netflix, a la que nos ha llevado la curiosidad  por ver algo que se sale de las habituales propuestas de nuestro entorno más próximo.

En realidad, en algunos aspectos Un asesinato, sin duda se encuadra en la más estricta tradición occidental del clásico whodunit; es decir, una historia de misterio protagonizada por un grupo cerrado de personajes entre los que se producen uno o varios asesinatos, ejecutados por alguno de esos personajes,  cuyo nombre se desvelará, con gran sorpresa, al final de la historia, después de que el investigador de turno haya ido desechando una serie de pistas falsas.

El whodunit, que tuvo su máximo esplendor en el período entre las dos grandes guerras del siglo XX,  fue explorado por muchos autores -especialmente por británicos y estadounidenses-, pero, entre todos los que lo desarrollaron, seguramente la mayoría consideramos que Agatha Christie fue su máxima exponente.

Por eso, una manera de describir esta película en muy pocas palabras sería la de decir que es una historia “a lo Agatha Christie” en la India, aunque en realidad se basa en una novela de la india Anuja Chauhan, una escritora que ha alcanzado mucha fama en su país, además de por sus novelas, como guionista y publicista.

El resumen de la trama de la película es sencillo: en el elitista Real Club de Delhi aparece muerto un instructor de gimnasia. Aunque el director del club intenta que se considere un accidente, la autopsia y el comisionado encargado de la investigación consideran que se trata de un asesinato, sin duda. A partir de ahí se desarrolla la investigación contra reloj del comisionado y su ayudante -que solo cuentan con diez días para esclarecer los hechos- para determinar quién, entre los socios del club,  ha sido el asesino y los motivos que le empujaron al crimen.

A lo largo de la historia, como ocurre siempre en las novelas del tipo de Agatha Christie, se irán revelando los oscuros secretos que ocultan los diferentes personajes a la vez que ocurre alguna muerte más y se producen giros argumentales inesperados.

La película resulta una mezcla de misterio y comedia que a nosotros nos ha resultado, en general, bastante entretenida y, en algunos aspectos, muy curiosa.

En cuanto a comedia, se muestra así desde la presentación inicial de los personajes, ya que cada uno de ellos aparece acompañado por unos rótulos irónicos que en ocasiones son verdaderamente sarcásticos; además, a algunos de estos personajes los conocemos en situaciones verdaderamente comprometidas.

Un punto fuerte como comedia es el de algunos diálogos y sucesos muy divertidos -la ancianita encantadora hablando, con bastante sentido, del “escarmiento global”, en lugar del calentamiento global-, el comisionado siempre con un pañuelo a mano para los atribulados -o mocosos- socios-., etc.

Y también tiene su gracia eso de que todas las mascotas del club reciban el nombre de algún miembro de la familia real británica y que la historia se abra con una niña buscando ansiosamente a un gato de nombre Príncipe Harry, que tendrá su importancia en la trama.

Como misterio, también cumple con la tradición de presentar a un investigador que bajo un aspecto, unas veces ingenuo, otras despistado, oculta una mente perspicaz y un conocimiento de la naturaleza humana que le llevará a despejar todos los obstáculos hasta descubrir finalmente al asesino.

Además, la revelación final del nombre del culpable la lleva a cabo en una reunión de todos los sospechosos, al más puro estilo Poirot.

En este caso, el investigador y personaje principal de la historia, es el comisionado de policía, interpretado por el actor Pankaj Tripathy, cuya interpretación destaca entre un reparto coral de buenos actores.

El comisionado, siempre auxiliado por su ayudante -que muchas veces asume el papel de “poli malo”,- nos ha parecido una especie de versión hindú del teniente Colombo: amable,   aparentemente despistado e incapaz de aparcar un coche sin causar serios desaguisados y, finalmente, absolutamente clarividente.

Un personaje muy simpático y humano el del comisionado, aunque pueda tener su carga de vanidad al considerar que “Policía y poeta son dos caras de la misma moneda, uno se dedica a tejer intrigas y el otro las desentraña”.

Son todos estos aspectos con los que el espectador occidental se siente cómodo y en los que reconoce sin esfuerzo el renacer que en los últimos años ha tenido este tipo de misterios, tanto en la literatura –el cozy mystery– como en el cine, especialmente desde el estreno de la primera película de Puñales por la espalda, una evidente precursora de Un asesinato, sin duda.

Sin embargo, el espectador occidental también encuentra ajenos algunos aspectos de esta película, y con ellos se han cebado las críticas.

Esos aspectos se pueden resumir en el exceso de personajes y subtramas que hacen, para los occidentales, que la película peque de excesivamente artificiosa y que a veces sea complicado saber quién es quién en la historia -algo favorecido por la dificultad de retener los nombres indios-,

En realidad, esas características -la extensión de la historia, la multitud de subtramas, el gran número de personajes- son propias de la cultura india, desde sus grandes poemas épicos del siglo III a. C., el Mahâbhârata, -el poema más extenso de la literatura mundial- y el Râmâyana -menos extenso pero también muy complejo- hasta su actual y muy pujante género negro –La edad del vicio, de Deepti Kapoor; Juegos Sagrados, de Vikarm Chandra; Seis sospechosos, de Vikas Swarup, etc.-.

Por lo tanto hay que juzgar esta película a la luz de sus diferentes influencias: la occidental, con la que seguramente nos sentimos más cómodos, y los aspectos genuinamente indios, ajenos al espectador occidental.

Por otra parte, en esta película, como en las novelas que hemos mencionado, bajo las capas de misterio y comedia aparece una crítica de una realidad social que, como sucede también en esas novelas, nos encoge el corazón.

Porque el Real Club de Delhi, esa isla de bienestar y comodidad en la bullente capital de la India -que tiene más de treinta y dos millones de habitantes y una de las mayores densidades de población del mundo- fue fundado en 1912 por los británicos para recibir la visita de Jorge V, el rey británico que el año anterior había trasladado la capital desde Calcuta a la nueva ciudad.

En aquellos años del Raj británico, el club tenía a gala recibir sólo a los británicos y no admitir ni tan siquiera a otros europeos.

Ahora, el club tiene a gala no permitir el acceso a los criados, niñeras y guardaespaldas que sirven a sus selectos socios.

El club es un refugio frente a la cruda realidad del exterior, donde sus socios pueden aislarse de la multitud de desheredados que pueblan las calles de Delhi.

Unos desheredados para los que una de las socias más conspicuas del club ha encontrado la solución perfecta:

“Los pobres deberían morir, envejecer es muy duro para ellos.”

Socios los del Real Club de Delhi que pueden ser muy selectos en cuanto a su economía -o no, según se irá viendo- pero que guardan todos secretos que los convierten en posibles asesinos o asesinados.

Porque eso sí, la condición humana, en sus debilidades y flaquezas, es igual en cualquier parte del mundo.

A nosotros, el mestizaje de la película, con sus pros y contras, nos ha divertido e interesado.

Ficha técnica:

  • Año: 2024
  • País: India
  • Título original: Murder Mubarak
  • Duración: 140 minutos
  • Dirección: Homi Adajania
  • Guion: Gazal Dhaliwal, Suprotim Sengupta, Anuja chauhan (novela)
  • Reparto: Vijay Varma, Dimple Kapadia, Karisma Kapoor, Sanjay Kapoor, Tisca Chopra, Aashim Gulati, Priyank Tiwari, Deven Bhojani, Brijendrá Kala.
  • Fotografía: Linesh Desai
  • Compañías: Maddock Films (productora), Netflix (distribuidora)
  • Género: Misterio, comedia, asesinatos

Los rescatados y Francisco Canales Ramírez

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