Diccionario apasionado de la novela negra, de Pierre Lemaitre.

Diccionario apasionado de la novela negra, Pierre Lemaitre. Salamandra.

Antes de nada es necesario hablar sobre la condición de este libro. No es una novela, sino una colección de textos, ordenados alfabéticamente por su título, en los que el autor habla de múltiples temas referidos a la literatura noir.

Uso el término noir, pues es importante el título original y la traducción que la editorial ha escogido. Antes de nada el original es Dictionnaire amoreux du polar, por lo que el término apasionado es correcto, aunque no se debe olvidar el matiz de amor del original, pues este es un libro en el que Lemaitre vuelca todo su amor por un género que le gusta muchísimo, y en el que ha brillado como novelista y guionista de televisión en los últimos años.

Y en cuanto a novela negra, creo que el término es erróneo, pues en este libro, el autor habla de los muy diversos subgéneros del noir—del que la novela negra es uno más—, que en francés se denomina Polar, siendo el tema de los diversos subgéneros un asunto que trata con detenimiento en diversas entradas.

Las entradas de esta obra tratan sobre autores, novelas, películas, series de televisión, mundo editorial, cuestionamientos teóricos, medios de comunicación y otros muy diversos temas del interés del autor. Al ser presentadas en forma alfabética no se presentan en orden temático, por lo que todos los temas van apareciendo en desorden. De igual modo no están todos al día a la fecha de publicación, pues se ve que ha sido un esfuerzo de muchos años. Además el libro no tiene un afán completista, sino como afirma su autor ….

«los aficionados a las definiciones magistrales, a las monografías exhaustivas, a los análisis temáticos, etc., se verán defraudados. Habrá omisiones imperdonables, injusticias flagrantes, juicios cuestionables, eso es inevitable: este es un diccionario de lo que me gusta, y no he podido incluir todo lo que me gusta.

Este diccionario no es más que una fotografía de mis gustos en el campo en un momento dado.»

El libro está basado en el gusto por la literatura noir de todo tipo. Así aparecerán referencias a thrillers, gore, novela detectivesca, novela negra y social, pero tampoco faltan western o novelas juveniles que le emocionaron en su momento.

Pero sobre todo lleva a cabo un continuo acto de franqueza con la lectura, que le lleva a separar las obras de sus autores, y por ejemplo afirma sobre los libros de un autor que le cae un poco gordo …

«al caer en una de sus novelas, no ver pasar el tiempo porque sus tramas son sólidas, y bien llevadas. Por muy superficial que sea el placer, es un placer. Como si fuera una golosina. Te arrepientes de haber cedido, te prometes a ti mismo que no volverás, pero tienes que estar de acuerdo en que fue bueno»

Su gusto es tremendamente amplio, por lo que admira a los conspiranoicos o a las novelas pasapáginas. Pero también admite sus prejuicios y sus errores, que le han llevado a releer novelas que inicialmente no le gustaron. Pero de igual forma nos relata su gusto por novelas con temas, que en la realidad le disgustan e incluso aborrece.

Sobre todo me ha impresionado su sinceridad cuando admite que no tiene por qué leer sólo novelas presuntamente muy buenas ….

«Esta serie siempre me recuerda que no debo pensar que una novela es buena cuando la he disfrutado, ni pretender que sea mala porque se me ha caído de las manos. Es perfectamente aceptable admitir que te gustan los libros que sabes que son mediocres, de hecho es un alivio.»

En las entradas de este diccionario del amor por el noir, aparecen referencias por supuesto al mundo francés, anglosajón—tanto británico como norteamericano—, al italiano, a la novela nórdica, con alguna entrada para españoles, griegos, cubanos o mexicanos. Lemaitre sorprende por la amplitud de sus gustos y temáticas, pero no pretende hacer un canon de la literatura noir, por lo que nos sorprenderá la usencia de algunos famosos escritores y la presencia de otros muchos—fundamentalmente franceses y norteamericanos—de los que no tenía noticia quien esto reseña.

A lo largo de este diccionario Lemaitre rinde homenaje a muy diversos autores, lo cual no es óbice, para mostrar—con más sorna que mala leche—, su disgusto con ciertos autores muy famosos, e incluso se atreve a señalar zonas oscuras en la obra de algunos de los más famosos autores del género. En muchos momentos parece que estamos escuchando a un fan del noir, que afirma que si cierto autor le gusta le debería gustar a todo el mundo, o cómo le jode que un autor termine cargándose a su personaje favorito de una serie. Especialmente hay un cierto choteo con autores del whodunit, con ciertos policías que se hacen novelistas de noir, o con el fenómeno de la novela nórdica—lo que no le impide rendir homenaje a algunos de sus autores—.

En el libro no sólo se opina de autores y obras, sino que se nos da un rico anecdotario de los autores y de las circunstancias en que nacieron ciertas obras. Esto lo lleva a cabo mediante experiencias personales, pero también a partir de informaciones obtenidas en diversos medios de comunicación, ensayos y artículos de revistas especializadas.

Un gran número de entradas de este gran Diccionario las dedica su autor a hablar de los distintos subgéneros del noir. De igual forma recoge diversos testimonios sobre la necesidad del género noir en nuestros días. Así, afirma ….

«En un sistema social en el que la transparencia es una virtud, la visibilidad un ideal y el secreto un objeto de sospecha, la novela policíaca es, por tanto, un género relativamente asíncrono: uno de los últimos lugares en los que el misterio sigue siendo una cualidad y un camino hacia la verdad.»

En un momento de la narración, un famoso autor contemporáneo compara este género con los cuentos de hadas ….

«Originalmente», explica, «los cuentos de hadas estaban destinados a ser advertencias. Nuestras historias de detectives funcionan de forma muy parecida: los crímenes nos fascinan, pero las historias son advertencias.»

Pero a mi gusto una de las afirmaciones sobre el género y su lectura, que me parecen más divertidas y sinceras es cuando afirma que leer noir es «ofrecernos el alivio de ver a otro culpable de algo de lo que nosotros mismos seríamos capaces»

Hay tres grandes temas que parecen atraer a Lemaitre que corresponden con los usados en sus novelas. Uno de ellos es su gusto y fascinación con las novelas que hablan de violencia corporal, en las que el cuerpo es dañado violentamente. Uno de los autores citados justifica este hecho ….

«Así, si describe los asesinatos más sórdidos con tanto realismo, lentitud y meticulosidad infernal, es porque asigna a la novela negra la función de hacer de un suceso criminal «la tragedia que realmente es, de sondear la violencia, la miseria y la desesperación, de analizar todo lo más espantoso y todos los defectos de nuestro modo de vida». Para él, «la novela negra no es una literatura de evasión […] y no pretende entretener; su función es informar a la sociedad sobre ciertos aspectos de sí misma mostrándole la mala imagen del espejo, la imagen de sí misma que se niega a ver».»

Lo que podríamos denominar violencia empresarial, es uno de los temas que más aparecen en sus entradas—no podemos olvidar cómo Lemaitre sacó ese tema en su famosa novela Recursos inhumanos—. Nos muestra gran número de ejemplos de narraciones de intriga criminal que se dan en dicho medio, o están generadas por los conflictos laborales. Pues, como afirma uno de los ensayistas citados en el libro:

“Qué más previsible que la ira de los trabajadores despedidos, la desesperación de las familias reducidas a la asistencia social, nos sabemos esta historia de memoria, es Zola 2.0, los poderosos por un lado, los miserables por otro.

La novela constata el fin de la clase obrera, el horizonte de la revolución ha desaparecido, el liberalismo se ha impuesto en las mentes de los más desposeídos. Ahora todo el mundo tiene que valerse por sí mismo.”

Ampliando el foco de la violencia laboral a lo social, Lemaitre trae gran número de ejemplos, donde se reivindica el noir como novela social y moral. En esta línea otro de los autores citados afirma: “La novela policíaca es un género moral. La novela policíaca es la gran literatura moral de nuestro tiempo.”

Lemaitre habla de ensayistas sobre noir que subrayan el papel crítico de este género como cuestionador de la realidad, y cita gran número de ejemplos de novelas que aprovechan la novela negra para descifrar los desvaríos sociales contemporáneos, las desigualdades de clase, la discriminación racial y de género, o la corrupción de nuestro sistema democrático.

Además de hablar de autores, obras y temas del género noir, Lemaitre también se pregunta sobre el papel de este género, recalcando que, por ejemplo, en un mundo donde el periodismo de investigación prácticamente ha desaparecido, la novela debe ocupar ese lugar. Pero esto no es óbice para que no deje de señalar algunos problemas que se dan en la actual literatura noir….

“el relativo descrédito literario en el que se encuentra la novela policíaca se debe a una serie de factores (el bajo nivel de las novelas debido, en particular, a la serialización, la masa de novelas mediocres destinadas a un público considerado poco exigente, la función conservadora de la novela de investigación, el uso excesivo de la violencia como argumento de venta, etc.), entre los que se encuentra el carácter prosaico de sus orígenes. No estoy lejos de pensar que la novela policíaca nunca se ha recuperado realmente de haber nacido en el fondo de la escala de valores literarios impuesta por los poseedores del capital cultural.”

Como autor de éxito, Lemaitre también habla de aspectos técnicos de la novela. Más allá de S.S. Van Dine y sus veinte reglas, o el decálogo de Ronald Knox, se plantea el papel de la sorpresa y el suspense, y hace una encendida defensa de la verdad como objeto de la narración, en lugar de la exactitud, cuidando de no confundir la falsedad y la inverosimilitud.

Es simpática su estupefacción ante lo prolijos que han llegado a ser algunos autores publicando, y también es capaz de bajarse al barro de las polémicas sobre la presunta apropiación cultural.

En esta línea de hablar de los grandes principios del género, son muy simpáticas sus entradas referidas a cuándo se puede situar el nacimiento del noir, lo que le permitirá mostrarnos los muy diversos hitos y autores de los que se ha echado mano.

Finalmente no podemos dejar de lado las numerosas citas sobre el mundo editorial y todo lo que le rodea. De esta forma, hablará sin tapujos de las luces y las sombras de las grandes colecciones de novela negra francesa—especialmente la Série noire de Gallimard—, de la que nos advertirá de sus singulares prácticas en cuanto a traducción y respeto por el texto original. Así enfrentará la figura del famoso editor de esta serie, Duhamel, con la de François Guérif. También están cargados de ironía y retranca sus comentarios sobre buena parte de quienes trabajan en medios de comunicación. Papel aparte es el de ciertos comentarios sobre algunos críticos, de los que afirma—y con razón—que usan un metalenguaje incomprensible para los lectores.

Algo más cáustico resulta al hablar de los premios literarios, y eso que Lemaitre es un autor que ha recibido con pocos libros premios muy importantes, especialmente el Goncourt. Y derrocha simpatía al hablar del fenómeno de los Festivales de novela noir de los que afirma ….

“Las hay de todo tipo: las lentas, las entusiastas, las pretenciosas, las simpáticas, las populares y las elitistas, las fraternales y las competitivas, fiestas que parecen ferias de ganado (los autores firman allí como vacas lecheras), tiendas de liquidación de existencias (para orientarse, a veces…) o monumentos a la gloria del ayuntamiento… realmente se puede ver de todo. La mayoría de las veces son el resultado de un trabajo voluntario admirable.”

Todo esto y mucho más, podrán encontrarlo en un libro maravilloso, por lo rico y gozoso de sus afirmaciones, pero que les recomiendo no afrontar como una novela, sino como lo que es, un diccionario, que se puede leer a pequeñas porciones, en desorden y dejando tiempo entre lecturas. Pero les aseguro, que igual que el gran comisario Jaritos cuando se refugia en la lectura de su amado diccionario Dimitrakos, encontrarán en esta gran obra muchas y buenas ideas sobre este género que tanto nos gusta.

Como telón musical—del libro de un autor que afirma sin rebozo ser poco amigo de la música—, y ya que estamos en modo caprichoso de los gustos más personales de cada uno, les propongo la sintonía de la serie Hawaii 5-0, que personalmente me ha encantado desde siempre.

José María Sánchez Pardo

P.D. Como podéis ver en el comentario de Jordi Canal, la edición española de esta obra está recortada respecto de la edición original francesa. Cuando hicimos la reseña no teníamos noticias de este hecho, pues al preparar la entrada nos basamos en la edición digital de este libro en fracés. Os rogamoss que disculpéis este lapsus.

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