Line of Duty. Serie de televisión.

Line of Duty. Movistar+.

Steve Arnott, Ted Hastings y Kate Fleming.

Los policías de los policías.

Line of Duty es un drama policial inusual, centrado en un departamento de asuntos internos, bautizado en la serie como AC-12; una oficina anticorrupción de Scotland Yard en la ciudad de Birmingham. 

Tan buena acogida tuvo entre el público británico la primera temporada, 4 millones de espectadores, que inmediatamente fue renovada para la segunda.

Hasta el momento se han emitido 5 temporadas de seis capítulos, menos la primera que fue de cinco. Esta serie fue ideada y creada por Jed Mercurio—ya muy  famoso en el Reino Unido por una serie centrada en el mundo de la medicina—y producida por la BBC Two. En España está siendo emitida por la plataforma Movistar+.  El éxito de la serie ha propiciado que ya esté anunciada una sexta temporada.

En su primera temporada conocemos a su protagonista, Steve Arnott, encarnado por el actor Martin Compston. Arnott trabaja como agente de una unidad armada de la policía, pero es trasladado al AC-12 tras negarse a encubrir una operación mal llevada por su equipo. 

El superior de Arnott es el superintendente Ted Hastings (Adrian Dunbar) que le encarga verificar los rumores de corrupción sobre el inspector jefe Tony Gates (Lennie James), un respetado y reconocido policía. En esa investigación, Arnott tiene por compañera a Kate Fleming (Vicky McClure), una agente que ha sido infiltrada en el grupo de Gates.

Steve Arnott, Ted Hastings y Kate Fleming.

El éxito arrollador de la serie se debe a que a un lado y otro de esa imaginaria barrera que separa el bien y el mal nos encontramos a personajes totalmente creíbles. Ni los buenos son tan buenos, ni los malos—a veces—lo son tanto, como pasa con el villano de la tercera temporada, el sargento Danny Waldron con una tenebrosa historia personal; o con el personaje interpretado por Thandie Newton en la cuarta temporada, una buena policía a la que una serie de malas decisiones abocan al desastre profesional y personal.

Thandie Newton.

La serie no presenta a héroes de ética inmaculada que persiguen a delincuentes pistola en mano, sino a seres humanos normales y corrientes que intentan cumplir con su deber  luchando contra la corrupción y muchas veces rozándola, en diversos modos, como le ocurre a  Steve Arnott en su relación con la inspectora Lindsay Denton, durante la segunda temporada. 

Precisamente, tanto el papel de la inspectora Denton como la actuación de la actriz que la interpreta, Keeley Hawes, se convirtieron en un éxito rotundo de la serie. La atractiva, tenebrosa y muy inteligente inspectora consiguió oscurecer al resto del elenco y su papel tomó tanta importancia como para que apareciese en temporadas posteriores.

Keeley Hawes.

Tan afortunada fue la interpretación de Keeley Hawes como la inspectora Lindsay Denton, que Jed Mercurio volvió a contar con ella como protagonista de la primera temporada de otra de sus afortunadas series, la también estupenda Bodyguard.

A pesar de que cada temporada nos presenta un villano propio, todas las emitidas tienen un hilo argumental común entre ellas, un entramado de corrupción en las altas esferas policiales que va desenmarañando algunos hilos en cada temporada y nos deja con oscuras e intrigantes incógnitas al final de cada una. 

Corrupción policial, maquinaciones políticas, problemas personales de todo tipo que en ocasiones llevan a tomar las peores decisiones, fatalidad…  Hay infinidad de motivos por los que un policía puede llegar a estar en el punto de mira del AC-12. Y puede darse el caso de que algunas veces traspase la frontera que le lleva de investigador a investigado…

El trabajo del AC-12 es duro y es ingrato. Por una parte, a veces deben infiltrarse entre aquellos a quienes van a investigar y, por otra, han de probar la culpabilidad de los investigados a través de largos y férreos interrogatorios donde los agentes del AC-12 han de conseguir desenmascarar a otros policías que por ambición, estupidez, ignorancia o mala suerte han cruzado la línea—bien difusa a veces—que separa el bien del mal. 

Y, además de enfrentarse con sus propios compañeros, también, por diversos motivos, los agentes del AC-12 han de lidiar con los obstáculos que continuamente les van poniendo algunos de sus altos mandos, poco propicios, por interés o corporativismo, a su labor de depuración interna del cuerpo policial.

Y a señalar, como un elemento que ha ido tomando mayor fuerza según ha ido avanzando la serie, el papel que juegan las mujeres policías, ya sea como las estupendas villanas que hemos comentado o en cuanto a las fricciones que pueden provocar sus logros profesionales, como ocurre cuando la agente Kate Fleming se hace con el ascenso que codiciaban tanto ella como Arnott, que se convierte en su subordinado.

Line of Duty cuenta con esa tradicional calidad de las producciones británicas, y tanto por las interpretaciones como por la historia y la excelente factura se convierte en un producto televisivo con un gran poder adictivo. Una de esas series que al final de cada capítulo nos obliga a ver el siguiente, y el siguiente… hasta disfrutar de los seis episodios de cada temporada de un tirón.

Francisco Canales Ramírez.

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