Basado en una historia real. Serie de televisión.

En los últimos días me lo he pasado bastante bien viendo esta serie recién llegada a Netflix. Empecé a verla pensando que encontraría una sátira del tipo de Solo asesinatos en el edificio, serie que me resultó entretenida y a cuya primera temporada dediqué una reseña:

Sin embargo, Basada en una historia real me ha parecido que supera en muchos aspectos a esa otra serie que se limita a ser una parodia inteligente y divertida sobre los podcast de crímenes reales.

Como ya he comentado alguna que otra vez, no me gustan las historias basadas en crímenes reales, así que disfruto con las sátiras que critican el interés morboso por este tipo de historias.

Basado en una historia real, tiene como protagonistas al matrimonio formado por Ava (Kaley Cuoco) y Nathan (Chris Messina).

Es una pareja que está esperando su primer hijo (Cuoco, la estupenda Penny de Big Bang, la rodó cuando estaba embarazada de su primera hija), a la vez que se encuentran inmersos en una especie de crisis existencial… al modo californiano.

Ninguno de los dos parece muy entusiasmado por la llegada del bebé; más bien parecen asustados ante una responsabilidad que les llega en un momento en el que, ya maduritos, tienen que hacer frente al estancamiento o hundimiento de sus carreras profesionales. Ava no consigue pasar de vender apartamentos baratos y Nathan, que fue un tenista profesional muy prometedor, pero al que una lesión -y quizás la falta de ambición- le redujo a simple profesor de tenis, ahora también ve peligrar este trabajo.

Y su relación se resiente de esas preocupaciones y también de la monotonía que el paso de los años produce en casi todas las relaciones sentimentales.

Una monotonía que se traduce en las constantes fantasías sexuales de Ava, que resultan un poco cansinas y rompen a veces el ritmo de la serie.

Así que, rodeados de amigos mucho más ricos que ellos y participando de ese mundo hedonista de Los Ángeles que tan bien refleja la serie, los dos se sienten fracasados y con miedo a un futuro económico que se les presenta bastante amenazador…

Hasta que a Ava -voraz consumidora de pódcast de crímenes- se le ocurre una idea que puede resolver su situación económica… y causarle muchos más y peligrosos problemas.

Porque Ava ha descubierto que el fontanero que les está haciendo unas reparaciones en casa, y con el que Nathan ha trabado una cierta amistad, es un asesino en serie de mujeres que tiene aterrorizada a la ciudad de Los Ángeles.

Y aquí es dónde la serie encuentra su camino más original y tan brillante en unos aspectos como oscuro en otros.

Porque Ava convence a Nathan para chantajear a Matt -el fontanero asesino- y obligarlo a grabar un podcast en el que cuente su historia; es decir, sus escalofriantes crímenes.

Y Matt, por unos u otros motivos, accede.

Y la serie se convierte en un encadenamiento de sucesos muy entretenidos -algunos francamente divertidos y otros escalofriantes- y extremadamente ambiguos desde un punto de vista moral, que es lo que da a esta serie unas características especiales frente a Solo asesinatos en el edificio.

Porque Ava y Nathan, esos ciudadanos normales y corrientes, encuentran -especialmente de la mano de Ava- las coartadas morales necesarias para no denunciar a Matt; la primera de ellas, que conseguirán que no vuelva a matar…

¿Pero no es de ilusos pensar que se puede jugar con una mamba negra sin sufrir daños muy graves… o que los sufran otros?

Ese equilibrio -siempre precario, siempre al borde del desastre- en la relación del matrimonio y el asesino se convierte en uno de los puntos fuertes de la serie.

En realidad, la serie pasa a ser un verdadero podcast sobre crímenes; pero no solo los de Matt, si no más bien el que cometen Ava y Nathan al intentar enriquecerse a costa de permitir que un asesino en serie continúe libre.

La serie se puede ver como un simple entretenimiento -y está muy bien en ese aspecto- o dejando que nos empuje a reflexionar sobre la gran industria económica que se ha desarrollado en torno al morbo por los crímenes reales.

Después de ver Solo asesinatos en el edificio sabía del furor que causan en Estados Unidos los pódcast sobre crímenes reales, pero… ¿de veras existe una crimecon como la que aparece en Basado en una historia real?

Pues sí. Lo he buscado y este año se celebrará una en Nashville entre el 31 de mayo y el 2 de junio, por si alguien quiere ir.

Pero en este momento tengo que ser honrada y admitir que si bien en España ese interés por los crímenes reales no ha alcanzado ese virtuosismo comercial, tampoco estamos libres de nuestra parte de interés morboso por esos asuntos.

¿Acaso no tienen todos los programas matinales y vespertinos de las cadenas generalistas mucho de su tiempo de emisión dedicado a los crímenes más truculentos ocurridos en nuestro país?

¿No existió, durante cuarenta y cinco años, un semanal de gran éxito titulado El Caso?

Al parecer el interés por los crímenes reales no conoce fronteras.

Supongo que las motivaciones pueden ser muy diferentes, pero creo que en buena parte obedecen al consuelo que produce saber que, aunque nuestra vida pueda ser dura o anodina, la mayoría estamos a salvo de situaciones tan terribles como esas que se ven en la televisión o se leen en los periódicos: ”mi hijo es un vago pero -pensamos con inmenso alivio- no ha descuartizado a nadie…”

Ahora es el momento de pararnos a reflexionar sobre una cuestión que Matt, el psicópata de la serie, nos plantea:

– ¿Quién es peor? ¿el que lleva a cabo el sacrificio de la vaca o la gente que se sienta en un restaurante a comérsela?

Y sobre las grandes dosis de hipocresía que unos y otros somos capaces de destilar sobre este asunto.

Ya sea como Ava y Nathan cuando le dicen a Matt:

• Nos incomoda un poco formar parte de un proyecto que promete nuevos crímenes.

Y, éste, crudamente y con mucha razón, les responde:

• Eso debisteis pensarlo antes de hacer negocios con un puto asesino en serie.

O cuando las dos grandes estrellas de la crimecon que aparecen en la serie dicen muy sentidamente a los seguidores de su podcast:

– En realidad estamos aquí por las víctimas, somos sus defensores, somos su voz y nunca dejaremos de luchar por la justicia.

En definitiva, que Basado en una historia real me ha resultado muy entretenida e incisiva.

Los tres actores principales están muy bien. Principalmente Tom Baterman como Matt Pierce -el Kubrick de los asesinos en serie- y Chris Messina, el timorato profesor de tenis arrastrado -inicialmente- por su mujer a una historia que le cae demasiado grande.

Esta primera temporada consta de ocho episodios de una media hora de duración cada uno, y termina dejando la historia en un momento de gran suspense, por lo que supongo que pronto podremos ver la segunda temporada.

Para mi gusto, esta estructura es un fallo.

Tengo serias dudas de que la serie consiga mantener el interés durante muchos más capítulos y me temo que la segunda parte pueda limitarse a estirar el chicle del éxito de los primeros.

Habrá que verlo.

Ficha técnica:

  • Año: 2023
  • País: Estados Unidos
  • Título original: Based on a True Story
  • Duración: 8 capítulos de 30 minutos cada uno
  • Dirección: Craig Rosenberg (creador), Alexander Buono, Jennifer Arnold
  • Guion: Craig Rosenberg
  • Intérpretes: Kaley Cuoco; Tom Baterman, Chris Messina, Natalia Dyer, Liana Liberato, Priscilla Quintana, Alex Akpobome, Aisha Alfa, Belmont Cameli, Li
  • Jun Li, Jill Lover
  • Música: Sherri Chung
  • Fotografía: Michelle Lawler, Mark Schwartzbard
  • Compañías: Aggregate Films, Universal Content Productions y Overlook Productions (Productoras). Peacock (Distribuidora)
  • Género: serie de TV. Crimen. Comedia negra
    • Se puede ver en la plataforma Movistar plus

Los rescatados y Francisco Canales Ramírez

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